viernes, 6 de mayo de 2011

Recomendaciones del Colegio Americano de Pediatría sobre Educación Sexual a los Niños y Adolescentes



Traducido de “The Best for Children-Abstinence Education” del “American College of Pediatricians”
El Colegio Americano de Pediatras apoya fuertemente la educación sexual basada en la abstinencia hasta el matrimonio y recomienda su adopción por parte de todo el sistema de colegios, en lugar de la “educación sexual integral” (la cual promueve el uso de anticonceptivos y condones). Esta posición se basa en el “principio de salud pública de prevención primaria –evitar el riesgo en lugar de reducir el riesgo”, sosteniendo el “derecho humano al más alto standard de salud posible de alcanzar”.1

En toda medida, la actividad sexual adolescente va en detrimento del bienestar de todos los involucrados, especialmente de las jóvenes, y a la larga, de la sociedad. Los niños y adolescentes de 10 a 19 años de edad tienen mayor riesgo de contraer una infección de transmisión sexual (ITS) que los adultos).2 Esto se debe a la práctica generalizada de tener compañeros sexuales múltiples y de alto riesgo, y al tejido cervical inmaduro de las niñas y mujeres jóvenes. El CDC recientemente declaró que de los 19 millones de nuevos casos de ITS reportados anualmente en los Estados Unidos, el 50% ocurre en adolescentes y adultos jóvenes de menos de 25 años de edad.3 Veinticinco por ciento de los casos de VIH recién diagnosticados ocurren en los que tienen menos de 22 años de edad.4 Esto se traduce en una de cuatro adolescentes sexualmente activas infectadas con por lo menos una ITS.5

Las ITS bacterianas pueden causar enfermedades inflamatorias pélvicas (PID) e infertilidad. Las ITS virales que incluyen el herpes, el Virus del Papiloma Humano (VPH) y el VIH generalmente son incurables. El herpes afecta a sus víctimas con dolorosas recurrencias a lo largo de la vida, puede ser contagiado a compañeros sexuales aún si es asintomático, y puede poner en riesgo la vida de los bebes si es contagiado al pasar por la vagina durante el nacimiento. El VPH se encuentra en un 90% de los jóvenes y adolescentes sexualmente activos.6 Aunque frecuentemente auto-limitado, el VPH posee tensiones de alto riesgo que pueden persistir a lo largo de la vida y causar cáncer de cérvix. El VIH no sólo causa un fallecimiento prematuro, sino también un sufrimiento significativo, con una dependencia de por vida de múltiples medicaciones tóxicas y costosas. El CDC estima que las ITS le cuestan al sistema de salud estadounidense tanto como US$15.3 billones de dólares anuales.7

De modo similar el embarazo adolescente está asociado con una situación socio-económica adversa que tiene un impacto sobre la familia, la comunidad, y la sociedad en general. Una de cada trece escolares se embaraza cada año.8 El embarazo adolescente resulta en una disminución de las oportunidades educativas y vocacionales para las madres, una mayor probabilidad de que la familia viva en la pobreza, y un riesgo significativo a largo plazo de resultados negativos para los hijos. Por ejemplo, los hijos de madres adolescentes tienen más posibilidades de nacer de forma prematura y con bajo peso, sufrir de mala salud, tener bajo rendimiento en el colegio, escaparse de casa, ser abusado o descuidado, y crecer sin un padre.9

Aún si las adolescentes sexualmente activas se libraran de contraer infecciones de transmisión sexual (ITS) y de embarazarse, muy pocas quedarían emocionalmente indemnes. En general, una de ocho adolescentes sufre de depresión,10 y el suicidio se ha incrementado hasta convertirse en la tercera causa de muerte para las adolescentes, en paralelo al incremento de las ITS dentro de este grupo poblacional.11 Las infecciones ITS han sido reconocidas desde hace mucho como causa de depresión entre las adolescentes. Más recientemente, sin embargo, la sola actividad sexual adolescente ha sido reconocida como un factor de riesgo por sí solo para desarrollar una baja auto-estima, profundas depresiones e intentos de suicidio.12 En estudios realizados para controlar factores que confunden, se encontró que las chicas sexualmente activas eran tres veces más propensas a reportar el estar deprimidas y tres veces más propensas a intentar suicidarse en comparación con las chicas que guardan abstinencia sexual.13 Los chicos sexualmente activos eran dos veces más propensos a sufrir depresiones y siete veces más a intentar suicidarse en comparación con los chicos que guardan abstinencia sexual.14 Esto no es mera casualidad. Los científicos ahora saben que la actividad sexual libera sustancias químicas en el cerebro que crean lazos emocionales entre compañeros. El romper estos lazos puede causar depresión y volver más difícil el vincularse con alguien más en el futuro.15

La actividad sexual es definida como contacto genital. Esto incluye la masturbación mutua, así como la cópula oral, vaginal, y anal. Mientras que sólo la cópula vaginal puede acabar en embarazo, todas estas prácticas pueden diseminar las ITS y conducir a un trauma emocional. Abstenerse de toda actividad sexual es la única forma cien por ciento segura y efectiva de evitar embarazos en adolescentes, las ITS, y las consecuencias emocionales de la actividad sexual en adolescentes.

Casi 40 años de énfasis en el “sexo seguro" con una “educación sexual con valores neutrales", condones y contracepción, ha claramente fallado a nuestros jóvenes. La educación en la abstinencia no ocurre en un vacío, haciendo especialmente difícil el separar su influencia de la influencia contraria ejercida por los medios de comunicación y el entorno cultural. Sin embargo, la eficacia de la educación sexual en la abstinencia para retrasar la iniciación sexual ha quedado demostrada en rigurosos estudios científicos. Por ejemplo, cinco de siete programas recientemente revisados mostraron una reducción significativa en las tasas de iniciación sexual (dos programas mostraron tasas reducidas a la mitad).16 La evaluación de programas de abstinencia llevados a cabo en comunidades y publicados en revistas calificadas mostró que estos programas son eficaces en reducir significativamente los embarazos. Según un informe de abril del 2008 llevado a cabo por la Heritage Foundation, “quince estudios examinaron programas de abstinencia y once reportaron resultados positivos de retraso en la iniciación sexual. "17 Reseñas hechas por el Instituto para la Investigación y Evaluación afirman que "varias evaluaciones bien diseñadas de programas de abstinencia han encontrado significativas reducciones de largo plazo en la actividad sexual adolescente."18 Estos no comienzan a evaluar a fondo los cientos de programas en curso.

En su apoyo a la educación sexual basada en la abstinencia, el Colegio llama la atención sobre las controversias científicas en torno a plataformas educativas alternas. La mayoría de los programas de educación sexual caen en dos categorías, la de abstinencia hasta el matrimonio o la de programas integrales de educación sexual (en ocasiones también llamados programas de “abstinencia mas”. Recientemente la educación en la abstinencia ha sido criticada por no proporcionar información crítica de salud sobre el uso del condón. Los programas de educación en la abstinencia, sin embargo, no desalientan el uso de condones; más bien, hacen notar que la castidad evita la necesidad de condones. Los programas de educación en la abstinencia no declaran que los condones no tienen lugar en la prevención de las ITS. Los programas integrales, en cambio, inducen a error por el énfasis que ponen en el uso del condón. Estos programas les dan a los adolescentes la impresión de que los condones convierten la actividad sexual en algo seguro. En realidad, ha existido mucha literatura médica en conflicto sobre la eficacia de los condones en la prevención de las ITS desde el informe NIH2000 sobre el tema y gran parte de la controversia permanece sin resolver.19 Los adolescentes deben ser informados de que los condones no ofrecen protección completa del embarazo o ITS.

La posición del Colegio en apoyo a la educación en la abstinencia hasta el matrimonio, a diferencia de las plataformas de educación alternas, también analiza la neurobiología única de los cerebros de los adolescentes. La corteza frontal del cerebro de un adolescente se encuentra todavía en desarrollo y no es capaz de ejecutar decisiones consistentemente sabias necesarias para controlar las acciones basadas en impulsos emocionales. El investigador Jay Giedd y otros han encontrado que los jóvenes no tienen la capacidad cerebral física para tomar decisiones plenamente maduras hasta sus veintitantos años.20

En consecuencia, cuando se trata de educación sexual, los adolescentes necesitan que se les dirija de forma clara y repetitiva, como sucede con los programas contra el cigarrillo, las drogas y el alcohol. El énfasis en los métodos anticonceptivos socava la autoridad de los padres y la fuerza del mensaje de abstinencia. Este enfoque refuerza el omnipresente (y sin embargo erróneo) mensaje presentado por los medios de comunicación de que el enfrascarse en la actividad sexual no sólo es algo que se espera de los adolescentes, sino que también es la norma. Los cerebros de los adolescentes no están preparados para manejar esta mezcla de mensajes. Los padres y los profesores deben “funcionar como un sustituto del conjunto de lóbulos frontales, un solucionador auxiliar de problemas” para sus adolescentes, estableciendo expectativas firmes e inmutables.21 Los adolescentes requieren de una guía clara, consistente y repetitiva.

En tanto las familias enfrentan este tema de la educación sexual, el Colegio Americano de Pediatras recomienda que los padres estén plenamente alertas en cuanto al contenido del plan de estudios al que sus hijos están siendo expuestos. Las “Directrices para una Educación Sexual Integral” nacionales, que fueron elaboradas por el Consejo de Educación e Información en Sexualidad de los Estados Unidos (SIECUS) pone un fuerte énfasis en la educación sexual con “valores neutrales” desde el kindergarten. De acuerdo con estas directrices, a los niños entre las edades de 5 a 8 años se les debe enseñar no sólo los nombres anatómicos correctos de todas las partes del cuerpo, sino también las definiciones de la cópula sexual, y la masturbation.22

Sobre todo, estos programas integrales sólo ponen énfasis en el “sexo seguro”. Muchos programas integrales también proporcionan material sexual erótico a los adolescentes con demostraciones explícitas de condones. Otros programas sugieren otros tipos de contactos sexualmente estimulantes (referidos como “sin penetración”) que no resultarían en embarazos pero sí podrían resultar en ITS. Algunas de estas actividades, dependiendo de las edades de los participantes y del Estado en el que ocurren, podrían en realidad ser ilegales. Estos programas de educación pueden romper las barreras naturales de los que aún no se han involucrado en actividades sexuales y fomentar la experimentación. Adicionalmente, muchos programas hacen hincapié en que los adolescentes no necesitan autorización de los padres para obtener los medios de control de la natalidad y que los adolescentes por lo tanto no necesitan ni tan siquiera discutir el tema con ellos.23

El desalentar la participación de los padres elimina uno de los elementos de disuasión más poderosos de la actividad sexual, es decir, la comunicación de las expectativas de los padres.24 Se ha descubierto que las declaraciones firmes de los padres de que el sexo debe ser reservado para el matrimonio son muy efectivas en retrasar la iniciación sexual. También se ha descubierto que el ejemplo de los padres y la “religiosidad” sirven igualmente de protección. Los adolescentes criados por padres que viven de acuerdo a su profesión de fe 25 y están involucrados activamente en su comunidad de culto, 26 con mayor probabilidad se abstendrán de tener relaciones sexuales en su adolescencia. Los programas de educación sexual exitosos involucran a los padres y promueven la discusión abierta entre padres e hijos.

El Colegio Americano de Pediatras también cree que los padres debieran estar al tanto de la actual situación de financiamiento, y la participación del gobierno en la elección del tipo de educación sexual. Los programas integrales reciben de siete a doce veces la financiación de los programas de abstinencia. 27 Sin embargo, según un estudio reciente del Ministerio de Salud y Servicios Humanos, los programas integrales no le dan igual tiempo a la abstinencia.28

En el 2004 el congresista Henry Waxman de California presentó ante el Congreso un informe crítico sobre la precisión médica de los programas de educación en la abstinencia.29 El Estudio Matemático fue igualmente crítico de la precisión médica de los programas de educación en la abstinencia.30 Sin embargo, en el 2007, el Ministerio de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos condujo una extensa revisión de nueve programas de educación sexual integrales usando los mismos métodos empleados por el congresista Waxman y el Estudio Matemático. Se encontró que estos programas integrales no tenían ningún registro con una mejor precisión médica. La revisión del HHS encontró también que los programas integrales eran difícilmente integrales. La cantidad de tiempo dedicado a discutir el “sexo seguro” superó al dedicado a la abstinencia por un factor de siete. Algunos de los programas ni siquiera mencionaron la abstinencia en lo absoluto. Ninguno de los programas hizo una cuidadosa distinción entre reducir y eliminar los riesgos de la actividad sexual, y casi todos los programas fallaron en mencionar las consecuencias emocionales de la actividad sexual temprana. Aunque algunos de los programas integrales mostraron haber logrado un pequeño efecto en reducir el sexo “sin protección” (7 de 9 programas) y en menor medida en retrasar el inicio sexual (2 de 8 programas), el impacto no se extendió más allá de seis meses.31

Según una encuesta realizada por Zogby en el 2004, el 90% de los adultos y adolescentes están de acuerdo con el Colegio Americano de Pediatras en cuanto a que los adolescentes debieran recibir un fuerte mensaje sobre la abstinencia.32 Los programas que enseñan la abstinencia sexual hasta el matrimonio tratan de mucho más que simplemente retrasar la actividad sexual. Ayudan a los adolescentes a establecer rasgos positivos de carácter, formulándose objetivos a largo plazo, y desarrollando relaciones emocionalmente saludables. Estos programas aumentan las probabilidades de matrimonios y familias fuertes - el único más esencial recurso para la fortaleza y supervivencia de nuestra nación.

Nota:


Puede acceder al artículo original con las referencias bibliográficas en pdf (en inglés) en el siguiente enlace

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